1940: II Guerra Mundial "Grandes batallas"

Francia, mayo-junio de 1940
Viejos generales para una nueva forma de guerra. Tras la invasión de Polonia en septiembre de 1939, pasó medio año de falsa paz en el frente occidental. Francia y Reino Unido esperaban un ataque por la frontera gala, donde el general Maurice Gamelin impulsó una línea de fortalezas inexpugnables para proteger el camino hacía París, la línea Maginot. Sin embargo, Alemania no siguió el Plan Schlieffen de la Primera Guerra Mundial porque su objetivo era el Canal de la Mancha. El 10 de mayo se ejecutó el Plan Amarillo de Manstein. El Grupo B del general Fedor Von Bock, con 29 divisiones, atacó por Bélgica y Holanda. Hacia allí se movilizaron los Aliados, cayendo en la trampa del Grupo A de Von Rundstedt, con 45 divisiones acorazadas, mecanizadas y motorizadas que penetraron sin oposición por los bosques de Las Ardenas. El 19 de mayo fue destituido Gamelin. El 2 de junio los Aliados se apuntaron su primera 'victoria': la retirada de 338.000 efectivos en Dunkerque. Francia había sido ocupada en apenas un mes.
Batalla de Inglaterra, julio-octubre de 1940
«Defenderemos nuestra isla, a cualquier coste, lucharemos en las playas...», Winston Churchill, discurso a la nación del 4 de junio de 1940. La 'operación León Marino', la invasión de Gran Bretaña, nunca se llevó a cabo. Cuando comenzó la Batalla de Inglaterra, Alemania tenía más de 3.000 aviones, de ellos unos 1.290 cazas, frente a los 591 Spitfires y Hurricanes británicos. Sin embargo, fueron afortunados por tener el radar y a Herman Göring enfrente como comandante en jefe de la Luftwaffe. La aviación alemana, preparada para otro tipo de guerra, inició sus ataques contra la aviación británica, pero en septiembre cambió de misión: el 'Blitz' de las ciudades inglesas, el bombardeo psicológico para buscar una rendición que nunca llegó. Ello supuso la pérdida de 1.500 aviones frente a los 900 británicos. «Nunca en el campo del conflicto humano tanto se ha debido a tan pocos», dijo Churchill para la Historia.
Batalla del Atlántico, 1939-1943
Más allá de incursiones solitarias contra buques de guerra, como el ataque sorpresa a Scapa Flow, la Kriegsmarine destinó todas sus flotillas de submarinos contra los mercantes que mantenían la resistencia británica gracias a sus suministros. Las 'manadas de lobos' alemanas, con ataques perfectamente coordinados, hundieron hasta mediados de 1942 miles de toneladas de transportes vitales para Reino Unido y la Unión Soviética. Sin embargo, la mejora del sonar/ASDIC ofreció a partir de entonces tal ventaja a los destructores que las misiones de los U-Boat eran casi suicidas: dos tercios de sus marinos perecieron en acto de servicio.
Operación Barbarroja, junio de 1941-marzo de 1942
El gran objetivo de Hitler siempre fue el 'lebensraum', el 'espacio vital' del Este. El pacto de No Agresión firmado por Ribbentrop y Molotov sólo era una argucia para ganar tiempo. La 'Operación Barbarroja' comenzaría en mayo y duraría dos meses, pero la intervención en Yugoslavia pospuso la invasión hasta el 22 de junio: los alemanes tendrían que enfrentarse al General Invierno. Ese día, Alemania lanzó una ofensiva por tres frentes encaminados hacia Leningrado, Moscú y el petróleo del Cáucaso. Pese a embolsar a cientos de miles de soldados en batallas como Smolensk y Minsk, esto sólo retrasó el ataque a Moscú, donde esperaba Stalin: a 30 grados bajo cero, el asalto de noviembre fue rechazado, y con ello Alemania perdió la ocasión de 'decapitar' al Ejército Rojo. Leningrado fue cercada, muriendo de hambre y frío más de un millón de civiles.

Midway, junio de 1942 Hubo dos batallas decisivas en el teatro del Pacífico: el ataque japonés a Pearl Harbour en diciembre de 1941 y Midway. Pearl Harbour conmocionó a EEUU, que nunca pensó que un país 'inferior' como Japón pudiera realizar una operación así, y entusiasmo tanto a Hitler que declaró la guerra a los norteamericanos. Sin embargo, fue un fracaso porque 90 barcos fueron destruidos o dañados, pero ninguno de ellos era el verdadero objetivo de Yamamoto: los portaviones. Meses después, estos navíos protagonizaron las victorias de Mar de Coral, la primera batalla naval de la Historia en la que los contendientes nunca se avistaron, y Midway, donde EEUU acabaría con la expansión japonesa. Washington sabía que iban a atacar a una isla, así que se inventaron que ésta tenía averiada una planta de destilación de agua. Cuando lo repicaron las radios japonesas, supieron que allí sería el ataque. Sorprendieron a los portaviones nipones cuando cambiaban la munición de sus aviones.
Stalingrado, noviembre de 1942- enero de 1943
«A ojos del infinito, todo orgullo no es más que polvo y ceniza», León Tolstoi. La batalla de Stalingrado fue el empeño de Hitler por acabar con el nombre de Stalin y el principio del fin de la contienda. Indeciso entre avanzar hacia la ciudad del Volga o conquistar los campos petrolíferos del Cáucaso, Hitler ordenó lanzar la principal ofensiva contra la ciudad cuando la defensa de Chuikov ya estaba asentada. Por si fuera poco, ordenó su bombardeo, haciendo de cada ruina una trampa mortal. La colina del Mamaev Kurgan y la fábrica de tractores fueron la pesadilla del VI Ejército de Von Paulus, envuelto por los soviéticos en diciembre tras romper el punto débil rumano. Además, Göring prometió llevar los suministros necesarios por aire, una mentira que hizo a Hitler creer que era mejor resistir a romper el cerco. Casi 150.000 alemanes murieron y 100.000 fueron apresados. Sólo 5.000 volvieron a Alemania.
Singapur, febrero de 1942
«El peor desastre y la mayor rendición de la Historia británica», lamentó Churchill tras esta derrota. La vergüenza del teniente general Arthur Percival y el Ejército aliado en el sureste de Asia. En la base de Singapur estaban desplegados entre 80.000 y 90.000 efectivos británicos, incluidas tropas indias, y australianas. Japón, en expansión hacia el sureste asiático, atacó por la retaguardia a este gran ejército. Tras siete días de asedio en los que las tropas británicas empezaron a quedar desabastecidas, Percival, pese a tener un ejército tan numeroso, traicionó la orden de Churchill: «luchad hasta el final».
El Alamein, 1942
Italia controlaba Libia en 1940, cuando declaró la guerra a los Aliados. Pese a la presión que sufría Reino Unido, pudieron hacer retroceder a los italianos 800 kilómetros en el Norte de África, por lo que Hitler mandó al Afrika Korps de Rommel. Les expulsó de Libia, salvo de la ciudad de Tobruk, aunque tuvo que retirarse por falta de suministros. En su segundo contraataque de 1942 ocupó Tobruk y se quedó a 100 kilómetros de Alejandría, con el canal de Suez como objetivo final. Sin embargo, el control del Mediterráneo y la llegada de Montgomery al mando de las Ratas del Desierto lograron que los Aliados recuperasen la iniciativa por su enorme superioridad de medios. Pese a que Rommel logró aguantar la embestida de El Alamein en octubre, los estadounidenses abrieron un segundo frente por el oeste, desde Argelia, acabando así con el Afrika Korps.
Kursk, julio de 1943
La 'operación Ciudadela' fue el último intento alemán de recuperar la iniciativa en el Este. Empujados por los rusos y con una capacidad de recuperación de sus pérdidas muy inferior, el ataque al saliente de Kursk era la última oportunidad de Hitler. El plan era hacer una tenaza a las fuerzas soviéticas con dos grupos liderados por Manstein y Kluge que en total sumaban 900.000 soldados, más de 3.000 tanques y cañones de asalto y 1.800 aviones. Los rusos concentraron en 160 kilómetros más de un 1,3 millones de soldados, 20.000 cañones, 1.000 lanzacohetes 'katyusha', 3.500 tanques y 3.500 aviones. Los alemanes rompieron casi todas las líneas, pero no lograron cerrar la bolsa y tuvieron que replegarse. La mayor batalla de tanques de la Historia se libró aquí, en Prokhorovka, 600 alemanes contra 850 rusos. Cada uno perdió 300
Normandía, junio de 1944
El desembarco más famoso de la Historia debió ser una pesadilla para Churchill, promotor del fracaso de Gallipoli de 1915, donde los británicos perdieron cientos de miles de hombres. La preparación de la 'operación Overlord' comenzó tras la conferencia de Casablanca de 1943 y fue dirigida por el estadounidense Dwight Eisenhower. Rundstedt, por su parte, desoyó a Rommel y no concentró sus fuerzas en las playas. Además, el engaño de Calais permitió a los Aliados evitar el grueso de las tropas alemanas. Pese al despliegue aliado, 150.000 soldados sólo el primer día entre las playas y los paracaidistas de la 101 Aerotransportada, los 11.000 aviones de combate, 2.300 aviones de transporte y 6.000 barcos, las bajas sufridas el 6 de junio fueron 'pocas' en comparación con otras batallas: unos 10.000 soldados Aliados.
Las Ardenas, diciembre de 1944-enero de 1945
Wacht am Rhein' (Observación en el Rhin) fue el nombre de la última ofensiva de Hitler en la guerra. Presionado por soviéticos y aliados, el Oberkommando alemán intentó romper el frente occidental para buscar una paz negociada con británicos y estadounidenses y poder centrarse así en la guerra del Este. Sin embargo, ahora Alemania no tenía la superioridad aérea de 1940 y sus tanques apenas sumaban un tercio de aquella exitosa ofensiva. No obstante, Hitler confiaba en sus armas secretas, como el Tiger II y el Me262. Von Rundstedt, quien dirigió una operación en la que no creía, contó con el mal tiempo para anular la aviación aliada y el ataque sorpresa logró envolver a la 101 en Bastogne, aunque no su rendición: «narices», fue la respuesta aliada a la petición de rendición. Pese al avance alemán, Patton y Bradley lograron reordenar sus tropas y paralizaron la ofensiva. Alemania no tuvo medios para ninguna ofensiva más en la guerra.
Berlín, mayo de 1945
«Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno», 'Deutsche Requiem' de Borges. La carrera por tomar Berlín la ganaron los soviéticos pese al intento frustado de los aliados en Market Garden para alcanzar la capital alemana antes de las navidades de 1944. En juego estaban las áreas de influencia tras la IIGMl. Alemania, defendida con niños y ancianos soldados, la Volksturm, esperaba el final, y Stalin, desconfiando de sus 'aliados', pidió a los mariscales Zhukov y Koniev un plan para tomar rápidamente Berlín. Mientras, Hitler, amo de Europa tres años antes, desde los Pirineos al Volga, estaba preso en un búnker subterráneo dando órdenes a divisiones imaginarias sobre un mapa. Lo que Goebbels llamó 'Fortaleza Berlín' apenas resistió unas semanas. El 2 de mayo se ponía fin a una resistencia que sólo en esta ciudad había costado la vida a más de 200.000 alemanes. El general Jodl firmó la rendición en todos los frentes a partir del 8 de mayo. Días antes, el 30 de abril, Hitler se quitó la vida para no caer en manos soviéticas.

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4 comentarios:

  1. Muy buena publicación

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  2. falta Montecassino, la invasion de Noruega, Dunquerke, los asedios de Leningrado y Moscú, y la invasión de Sicilia, todo esto solo en el frente Ocidental; Iwo Jima, La batalla del Golfo de Leyte, Guadalcanal y Okinawa en el Oriental

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  3. Faltaron tambien las de Kiev y Minsk donde conjuntas los alemanes tomaron alrededor de un millon de prisioneros.

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  4. daaaaaaaaaaaaaaaaaa es tanta pero a la ves es muy interesante

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